La casa de los poetas: WILLIAM OSUNA

No vive ya nadie


—No vive ya nadie en la casa –me dices–; todos se han ido. La
sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda,
pues que todos han partido.


Y yo te digo: cuando alguien se va, alguien queda. El punto por
donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de
soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado.
Las casas nuevas están más muertas que las viejas, porque sus mu-
ros son de piedra o de acero, pero no de hombres. Una casa viene
al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan
a habitarla. Una casa vive únicamente de hombres, como una tum-
ba. De aquí esa irresistible semejanza que hay entre una casa y una
tumba. Solo que la casa se nutre de la vida del hombre. Por eso la
primera está de pie, mientras que la segunda está tendida.


Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han
quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino
ellos mismos. Y no es tampoco que ellos queden en la casa, sino
que continúan por la casa. Las funciones y los actos se van de la
casa en tren o en avión o a caballo, a pie o arrastrándose. Lo que
continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en círculo.
Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que
continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las ne-
gaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo
que continúa en la casa, es el sujeto del acto.

CÉSAR VALLEJO

Con este poema enigmático que el poeta peruano César Vallejo escribió entre 1923 y 1929, el profesor José Pérez ha querido introducirnos en su libro: La casa de los poetas (2020). La antología de poetas venezolanos que su autor se propone hacernos conocer nos introduce en una dimensión de sombras que «continúan por la casa». Son todas figuras suspendidas, que habitan dentro de los espacios domésticos de la morada y de ahí deriva – de su permanencia en una zona de liminar suspensión – su carga evocadora. Un lugar poblado por los fantasmas y las presencias remotas de la poesía, en la que alguna vez se dieron muestras de galantería o se contaron historias. Metáfora de una poesía levantada en tierra de nadie, en la que la rêverie se manifiesta siempre intensa, es el lugar en el que la memoria y el recuerdo dejan al descubierto las vivencias de un pasado próximo que ya hemos olvidado.

[ José Pérez, La casa de los poetas, Caracas, Fundación editorial el perro y la rana, 2020 ]

Casa de William Osuna



Este muro con retratos de mariposas y lagartos
Este muro atravesado de balas de media noche
Este muro de mi ciudad llameante en los cuatro lados
es mi casa es mi sueño
juguete para mirarme
			
junto a todos los pájaros
Es siempre la patria mía

Aquel otro muro
fue la voz de mi padre
                                  el joven José Luis Osuna
                                  el andino el infinito

con vientos de amanecer tomando cervezas frías
sentado junto a mi abuela

                                  mi amada Vicenta Cecilia

Tal vez después de la ebriedad hubo un compadre abatido

                                       quizás vidrios en el suelo
la piel sobre la acera cicatriz de las camorras        
y no hablemos de las culebras

Aquellos muros lejanos
son poemas de mi infancia mis liceos mis guitarras
los lomos de mi casa vieja mi ciudad mi río patético
				                                 Mi Guaire al fin
(Se me ocurre que es mi familia
que es mi padre rural y mi palabra lo limpia)

En lo profundo sabe que es la conciencia de mi ciudad
          y por eso somos la carne y la uña
          ciclotímicos y politonales
yo enamorado de él y él de la quebrada de Catuche
                    ¡Ah burrito tan bribón!
Río manso que te vas llevando siempre tu flor de amaranto

Estos muros estas casas pobres estos sentires
fueron mis primeros versos
                    mi corraleja de solitario de rebelde en ejercicio
tan desmesurado el pelo la risa tan familia tan locura
tan William yo tan Osuna
                              (como mi nombre)
como si fuese un poeta un buen poeta

Quienes visitan mi casa desde las provincias amadas
desde las penas los soñadores los lejanos invisibles
desde los buscadores de fortunas
saben que ha crecido esta casa se multiplica se sube al cerro
se viene abajo con las vaguadas se erige en nuevas torres
                                             se oculta en la noche
juega al sol juega al combate
juega con la mujer desnuda juega en el bar y la tasca
juega con el estadio lleno
          la algarabía la rocola el rock de todos los tiempos
          los divinos tesoros
          salsas merengues cigarro

Al fondo de La Candelaria miro a los sesentones miro a los
                                                                                                            [hippies
cantando con mis john lennons

                                   en plural como debe ser
jugando con mis bates de béisbol
huyendo de la recluta huyendo de las diásporas porque un
tombo nos quita cédulas nos quita todo
quedándonos indocumentados
                                  casi hasta la vejez
           
Quienes ponen los pies en esta casa tan grande
dicen que William se volvió loco
 del Cementerio no sale
Santa Rosalía es su capilla ardiente
allá en la calle 14
su pelo se pone blanco
          como si el oficio del pelo fuera no mutar nunca
          pero me robo la goma a la nada le caigo a tiros
por eso mis nueve hermanos creyeron siempre que yo
          sería el predestinado el hijo pródigo de la familia
y sigo sin entenderlo porque era una jodedera
del Negro de José Luis (hoy en el cielo mirándome) de Henry
también Marbella lo mismo que de Maigualida
de Miriam y de María
tantos hermanos y hermanas que cuando jugábamos
                                                                                      [al escondite
          el barrio era todo nuestro y ya no cabía más nadie
o el sagaz de José Gregorio encompinchado con Daniel y con
                                                                                      [Moraima
son todos un paraíso que bulle siempre en mi sangre

En una esquina mi madre me arriaba para la escuela
leyéndome la cartilla el ABC de las lágrimas
          siempre la mamá de uno
pero a Lucky lo dejaban mearse entre los rincones
ladraba cuanto quería
se pasaba para otros patios levantaba el rabo en el aire
(Recuerdo que un día escribí:
Mi casa volaba de un sitio a otro y era su brillo
en la noche del barrio como piel de uva.
Entre las telarañas de un país, sobre los días que abarca
mi memoria, andaba mi casa errante por el eco de unas
                                                                                                   [piedras)

En otra esquina un viejo pana creía matar serpientes
machacando tripas de bicicleta con un garrote en la mano
con el alma confundida por una caligüeva sentimental

          Otra esquina más allá veo a mi novia Maricarme
          pero la piropea un zorro y le caigo a coscorrones
y aunque salgo bien pirao igual me cogen tres puntos
          mi amada se queda conmigo
          ella me picha una recta con la dulzura de sus ojos
          y le doy un beso con flores y me la llevo de trofeo

Yo le hablé del Magallanes de La Billo’s de Sadel
de Los Panchos Feliciano del gran Héctor Lavoe
En caballos de hojalata nos vamos para los llanos
viendo las garzas señeras y el estero de Camaguán
como los médanos de Coro también el Santo Domingo
igual que cuando buscaba de niño mi río Orinoco
como si acaso la selva nos ocultara un misterio
del pájaro amarillo de la candela del sol
como la sal cristalina de aquellas tierras de Araya
como el galerón oriental sobre la espuma marina
como Chelías Villarroel entonando una malagueña
y de ese viaje nacieron nuestros tres hijos queridos
          –María Emilia, Diego y Santiago
y un pimpollito precioso mi nieta Irene Sofía–
Como mi padre decía que una casa somos nosotros
igual llegaron los libros hablando dentro de la casa
como hormigas atómicas con afiches con retratos
discos de pasta y otros discos de acetato
tangueros y boleristas rocanroles y rancheras
con mi Inquieto Anacobero mi Daniel Santos querido
con mi Gardel aquel Felipe Pirela mi Bob Dylan o Los Beatles
mis Rolling Stones mi Joplin mi Jimmy Hendrix mi Marilyn
                                                                                                               [Monroe
mi Buddy Holly Johnny Burnette o mi Elvis Presley
mi Jack Kerouac Allen Ginsberg mi generación Beat y cuántas
                                                                                                                          [más
Mi Mao Tse Tung mi Eliot mi Kafka
mi Proust mi Whitman mi John Donne en fin Mi Chino
                                                                                                         [Valera Mora

 Un día Nicanor Parra se agarró de mis brazos
y no me soltó más nunca

Si la casa donde nací fue alguna cumbre de estopas
la Oración que me hice fue bravura y rebeldía
          para pelear por los míos
          hasta con el enano verde
calle que sube a la luna
tanto hablar nací por eso

Cada tarde salgo a pie pateando sin gasolina sin arranque sin
                                                                                                    [cauchos lisos

los muros de antes y ahora
yendo de arriba abajo y viajo de abajo a arriba
mirando lo que ya he sido mis espejos mis vacíos
mi luz roja mi bandera girasol cielo y tomate
sus ojos como mis puertas
y llego hasta la cantina y visito a los amigos
deambulo como la bruma que el Ávila manda hasta aquí

                                          Solo cielos solo cielos
                                          en las esquinas de Viento a Pinto
                                         como en los vientos de ayer
Y ya nunca salgo de aquí

Arménio Vieira | Cabo Verde 1941

Créditos: https://www.rtp.pt

A experimentação poética é uma das características deste autor múltiplo, em que literatura, pintura, música, cinema, etc. são apresentadas ao leitor como uma linguagem metapoética do discurso. Os códigos discursivos que ele utiliza exigem do leitor um conhecimento profundo para decodificá-los. Através do conhecimento que este possui da realidade imaginária, com todas as perturbações e encantos que pode determinar, entramos na perspectiva corrosiva que propõe o poeta, a do destino do homem e da humanidade. Para Vieira o homem contemporâneo, a través da autoconfrontação, compreende o fracasso da civilização fundada num racionalismo que marca as diretrizes de uma vida sem sonhos e sem desejos.


do livro de Arménio Vieira, O poema, a viagem, o sonho, Lisboa, Editorial Caminho, 2009.


CANTIGA AO JEITO DE D. DINIS, O POETA





Ai vozes! Ai vozes do negro coro! Se sabeis novas daquele
rei que o reino dava por um cavalo, se sabeis em que dobra
do areal jaz aquele que escolheu morrer de morte lenta, pois
que é cedo para acabar quem, tão novo, carece do tempo
que, lento, escorre entre a flecha, que transporta o sonho, e
o alvo, isto é, o onstante em que o Império, de que o Sol
(o melhor dos símbolos), nítido, surge, se sabeis novas do
meu amigo, ai vozes! Dizei-me em que dobra encontrá-lo.

MEGALOMANIA





Eu, que de Homero recebi o poema no instante em que o
poema nasce, e vi o Inferno pela mão de Dante, tal-qual
Leopardi mais tarde o viu, e, ap,os me afundar no rio onde
Hamlet e Lear beberam o vinho que enlouquece, comecei
a ter visões que Rimbaud, De Quincey e Poe registaram em
negros textos; eu, que no Eterno transportei a bandeira que
era peso nas mãos de Elliot, e renovei a charrua com que
Pound lavrava os versos, e de Whitman furtei-me ao licor,
que em Álvaro, digo Campos, porque dorido e menos doce,
sabia melhor; então que falta em mim para de Camões her-
dar a estrela, que Pessoa deixou fugir?

GRÉCIA, MATER MUNDI






Homero, Eurípedes, Platão, Tales, Zenão, Demó-
crito, Epicuro, Arquimedes. Ainda que tantos sóis cou-
bessem na palma de uma só mão, bastaria o Magno, dito
Alexandre, tão próximo dos montes com que a Grécia vigia
o mar, para encher o mundo achado e o mais que havia por
achar. Por que razão a Divinidade, a qual, sendo uma, é de
todos, fez do Sol a pedra do pastor, e, como, quem ensaia o
tiro pela vez primeira, o lançou sobre a terra onde cantou
o Poeta, tão alto e tanto, que ninguém o fez melhor depois
de Homero?

MORTE EM VENEZA






Se os reis também morrem, e pouco importa onde morrem,
por que havia um conde de ir a Veneza? Morrer por morrer,
por que não em Ravena? No entanto, se os reis também
morrem de amor, se apenas em Veneza um conde soube
o que era amar (ele que que em Tadzio viu a beleza e viu a
morte), por que não em Veneza, já que, morte por morte, 
antes morrer de amor?

‘RRRrrr!!! Que barulho  esse? Trem onomatopaico a caminho
do inferno? Vento nos fios e de súbito nimguém telegrafa?
Voz humana anterior ao dilúvio? Estertor com que César se
despediu do Senado? Os elefantes de Aníbal atravessando
a Via Ápia? Urro de macaco que não acerta no galho? Exor-
cismo com que se afugenta o Diabo? Nada disso! Marca de
shampoo meu caro!

O melhor dos versos, quiçá um deus o tenha anti-
gamente; porventura o escutou Ulisses enquanto ouvia o
canto das sereias; todavia Homero, se alguma vez sonhou,
não quis dá-lo a ninguém. O verso mais infeliz, acaso escre-
veu-o Milton, o satânico Milton, de retorno ao Paraíso. Ou
Dante (por que não?), ao deixar o Inferno, sem se aperceber
que Beatriz, tal como Roxanne, sendo filha do abismo, só
no Inferno pode amar a quem toda a vida mais não pode
que sonhá-la.

JAVIER HERAUD | Lima 1942 – Bolivia 1963

La revolución cubana de 1959 ejerció una gran influencia sobre la poesía latinoamericana de los años ’60 y ’70 del siglo pasado. Con el surgimiento de una poesía comprometida política y socialmente, la polaridad que se había creado respecto a la poesía pura se intensifica, y esta poesía “impura” se presenta como extrema ramificación de la poesía existencial, por sus características de claridad del dictado, gusto coloquial y por su destino a la “mayoría”. Algunos de estos poetas se incorporarán a los movimientos guerrilleros y uno de los más prometedores, el peruano Javier Heraud, representará la confluencia máxima entre compromiso poético y militancia política. Una generación de poetas, admirable y trágica, que centrará sus decisiones en el fragor de la fraternidad combativa. De hecho, en los años ’60 y ’70 en América Latina el “poeta guerrillero” no es un caso excepcional.

La breve e intensa vida de Javier Heraud se puede escribir en unas cuantas líneas: veintiún años, dos poemarios, estudios literarios y luego estudios de cinematografía en La Habana, un viaje a Moscú, una invitación al Foro Internacional de la Juventud y una estancia en París como estudiante de la Alianza Francesa. En Puerto Maldonado, cerca de la frontera con Bolivia, junto a otros camaradas guerrilleros fueron perseguidos por las lanchas de la policía con la que entablaron un tiroteo en el que mueren asesinados, después de haber izado una bandera blanca en señal de rendición. De esta forma se concluye la vida de una de las voces comprometidas de América Latina.

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del libro: Javier Heraud, Poesías completas y cartas, Ediciones Peisa, Lima, 1976.

Mí casa

1

Mi cuarto es una
manzana,
con sus
libros,
con su
cascara,
con su cama
tierna para
la noche dura.
Mi cuarto es el
de todos,
es decir,
con su
lamparín que
me permite reír
al lado de Vallejo,
que me permite ver
la luz eterna de
Neruda.
Mi cuarto, en
fin,
es una
manzana,
con sus libros,
sus papeles,
conmigo,
con su
corazón

2

Por mi ventana nace
el sol casi todas
las mañanas.
Y en mi cara,
en mis manos,
en el dulce
clamor de la luz pura,
abro mis ojos entre la
noche muerta,
entre la tierna
esperanza de
quedar vivo un
dia más,
un nuevo día.
para
abrir los
ojos ante la
luz           eterna.

Poema

Oscuro es el tiempo y leves
las sonrisas de los días.
El día asume su palidez
de infante: su regocijo se
expresa en las noches
del amor y la venganza.
Es la hora de los muertos,
ahí donde surgen los pálidos
rostros de niños consumidos
por el viento.
Largo es el camino y oscuras
las sonrisas de los días.
(Las tumbas conservan sus
viejos temores, los hombres
sus viejos escritos
y los niños nacen
con nuevos
rencores en los labios).
Y allí donde el día se ofrece
(oscuro regocijo de hierbas caídas)
abro mis ojos a la luz del amor
y de tus labios.

Elegía

Tú quisiste descansar
en tierra muerta y en olvido.
Creías poder vivir solo
en el mar, o en los montes.
Luego supiste que la vida
es soledad entre los hombres
y soledad entre los valles.
Que los días que circulaban
en tu pecho sólo eran nuestras
de dolor entre tu llanto. Pobre
amigo. No sabías nada ni llorabas nada
              Yo nunca me río
              de la muerte.
              Simplemente
              sucede que
              no tengo
              miedo
              de
              morir
              entre
              pájaros y árboles.
Yo no me río de la muerte.
Pero a veces tengo sed
y pido un poco de vida,
a veces tengo sed y pregunto
diariamente, y como siempre
sucede que no hallo respuestas
sino una carcajada profunda
y negra. Ya lo dije, nunca
suelo reir de la muerte,
pero sí conozco su blanco
rostro, su tétrica vestimenta.
Yo no me río de la muerte.
Sin embargo, conozco su
blanca casa, conozco su
blanca vestimenta, conozco
su humedad y su silencio.
Claro está, la muerte no
me ha visitado todavía,
y uds. preguntarán: ¿qué
conoces? No conozco nada.
Es cierto también eso.
Empero, sé que al llegar
ella yo estaré esperando,
yo estaré esperando de pie
o tal vez desayunando.
La miraré blandamente
(no se vaya a asustar)
y como jamás he reído
de su túnica, la acompañaré,
solitario y solitario.

ALABANZA DE LOS DÍAS
                       O
DESTRUCCIÓN Y ELOGIO
DE LAS SOMBRAS


Destrucción de las sombras
e inicio de los días
Nos prometieron la felicidad
y hasta ahora nada nos han dado.
¿Para qué elevar promesas si
a la hora de la lluvia sólo
tendremos al sol y al trigo muerto?
¿Para qué cosechar y cosechar si
luego nos quitarán el maíz,
el trigo, las flores y las frutas?
Para tener un poco de descanso no
queremos esperar las promesas y
los ruegos:
Tendremos que llegar al mismo
nacimiento del camino, rehacer todo,
volver con pasos lentos desparramando
lluvias po.r los campos,
sembrando trigo con las manos,
cosechando peces con nuestras
interminables bocas.
Nada queremos aprovechar,
¡oh, alegría!
Mejor hubiera sido naufragar
y no llegar,
porque ahora todo tenemos
que hacerlo con las manos:
construir palabras como
troncos, no implorar ni
gemir sino acabar,
terminar a golpes con la tierra muerta

I

Mi amigo tal vez haya muerto
¡Oh! alabanza del aire y de los sueños:
¡nosotros dormimos y el mundo
muere alrededor cubierto de rocío!
¡Dormimos y en el sueño morimos
cada tarde y cada noche al son
de los pájaros y los árboles!
El despertar es siempre hermoso:
perdemos el orden, las gulas,
los deseos y placeres.
Y tenemos
que comenzar a acostumbrarnos de
nuevo, pesar todo el cuarto,
las ventanas, las puertas, todo.
TJn pensamiento nos asalta de pronto:
hemos olvidado una cita en la
mañana y ya es demasiado tarde,
¡no hemos hecho nada
muchas horas,
tal vez se pueda empezar
desde el principio,
dormir, dormir,
oh tristeza y alabanza!
¡El tiempo de dormir ya se ha pasado,
soñar diez o doce horas
es suficiente,
nos están atormentando demasiado,
oh sueño,
oh alabanza del viento y de la muerte!

II

Me dejaste con las manos
cubiertas sólo por el rocío
del invierno.
¡Invierno que parece un soplo,
cogerse las maños y no sentir frío,
no sentir frío sino hambre,
no sentir hambre sino sed y
ganas de llorar por esta
tristeza que se agolpa a veces
como un valle enorme y silencioso!

III

En el advenimiento de las
sonrisas y la dicha,
recojo las sombras proyectadas
por mi cuerpo y las arrojo fuera,
espantando males y misterios.
¡Sombra de mi cuerpo,
años como sueños,
cuerpos como signos y mares,
sueños al borde de la esperanza
y del deseo,
aguas del mar y la agonía!
Días y sombras, sombras y días:
¡no pasen por mi cuerpo
como dioses y niños,
no crucen mi cabeza con la
espada y las sonrisas,
reflejen la dicha de las aguas
y devuélvanla a mis ojos,
su eterno origen!

IV

Donde caían informes los recuerdos,
silencios y palabras,
sonidos y lamentos,
caían también hojas devastadas
y huellas memorables.
Oh antiguo sitio del invierno
y del otoño,
donde nosotros en las ventanas
de la vida
veíamos pasar las danzas de la muerte,
veíamos pasar los años avanzando
en la memoria del tiempo derramado..
Ah, las ventanas de la sala,
y ahí buscábamos nosotros
el rostro de la poesía,
hallábamos nuevos silencios,
creíamos escuchan las alabanzas
nocturnal y sufridas,
las alabanzas del sueño y de
los mares,
las alabanzas de los ríos del otoño,
las alabanzas de los ríos y del mar.

V

alabanza de los sueños
y destrucción d e las sombras

Cuando uno duerme
el aire de los tiempos
y los sueños desaparecen
en la lluvia otoñal del sueño
y de las sombras.
¡Ver pasar años,
confundirse el tiempo, las horas,
olvidar vientos y paisajes,
cambiar olas y naufragios,
recorrer caminos y senderos,
regresar por el mismo viento
y regresar por la misma ola.
el paisaje eterno,
el naufragio simple,
el sendero estrecho,
el camino recordado!
Oh, alabanza del tiempo y de los
sueños,
destrucción de sombras y misterios

VI

Poema triunfal

Aunque cuelguen frías
las memorias y aunque el frío
acabe con los años,
siempre quedará la flor
que hubimos recordado
y el lecho que nunca
abandonamos.
|Oh, tiempo gastado y viejo,
inútil para satisfacer
nuestros anhelos,
nuestras ansias,
pero aún el tiempo
no es suficiente para
calmar
nuestros deseos de viajar
y conocer pueblos, tierras,
casas, ciudades, ríos,
cada hierba, cada libro,
cada monte, cada letra olvidada!
ITiempo gastado y viejo,
no escuches nuestras palabras,
no aplaques nuestros deseos!

VlI

Hay cosas que perduran,
si el tiempo lo permite.
Mi antiguo reloj, destruido,
bajo el sol no ha perdurado.
Mis antiguas creencias
(dioses, soles, paisajes interiores)
se secaron al influjo del poder.
¡El poder, vaho cruel y tierno,
hecho con mentiras y mentiras!
Ah, nunca se encontrará lo
perdurable,
todo se destruye bajo el mismo cielo,
todo se sumerge bajo el mismo mar.
¡Ríos de la noche,
destemplados y crueles,
no debieron negarnos
sus poderes,
no debieron negarnos sus pedazos!
Poder,
viejo lanzado a la destrucción,
tiempo destruido y viejo.

VIII

Los navios rotos y destruidos,
¡Aventuras en el mar,
correr, ser pirata,
y luego naufragar!
¡Inmensidad del agua,
reino del agua,
dominio del agua,
reflejo del agua,
antiguo navio!
¿Habrás naufragado en
la botella azul y
descolorida en donde
te dejé todo este tiempo?
Ah, embarcación tonta
y muerta:
nada pude hacer contigo:
sólo destruirte para siempre.

IX

Las frutas secas
Las farsas de mi casa,
los viejos nacimientos,
las frutas secas,
las pasas (uvas muertas),
los nogales,
las almendras y
el panetón de navidad
me saben a viejas leyendas
y a nuevos sabores."
¡Navidad en mi casa,
cuando todo transcurría
dulcemente y yo dormía
esperando ansioso la mañana!
¡Viejas farsas por mí olvidadas!
Ah, ¡corazón del desengaño,
tierno y duro!

X

¿Por qué huir inútilmente
si podemos quedarnos
hasta el final del otoño
y coger algunos frutos
y cerrar los ojos agotados
por el día?
¿Por qué abandonar
los barcos
si todavía el mar no
ha entrado a la cubierta
y podremos tirarnos al
menos por la borda?
¡Ah,
estación del desengaño,
qué fácil es reírse de
las cosas
y sembrar la discordia
entre los pájaros!
¡Oh, inútil partida,
si todo es lo mismo
cuando muere el
tiempo cada tarde,
cada noche!

Imagen nueva


                          Para Armando Zubizarreta

A veces me parezco un poco
a la imagen de la muerte
                    que mi madre descubría
                    entre sus cuentos.
                    Con mis ojos hundidos y
                    mis manos señala
                    blancas calles
                    me suelen confundir
                    con la muerte devoradora,
                    y entonces,
                    para jugar,
                    penetro en algunas
                    casas,
                    aliviando a carpinteros y
                    artesanos del dolor,
                    cogiendo tierras
                    y hundiéndolas
                    en el mar.
                   Soy la muerte a ratos,
y a ratos conservo mi belleza y mis vestimentas
y asusto perros, gatos, y al final, como siempre,
a la higuera estéril y solitaria la quemo con el
rayo de mis manos.

                                                        25, Octubre, 1960

Canción de mi casa muerta


                                         Para Mario Sotomayor


Había olvidado a la madreselva.
Mi casa era pequeña, (ya lo dije),
y el jardín ni se notaba;
sin embargo,
en él cabían todas las flores
y todas las frutas.
Ya les conté, claro, la
triste historia del manzano
y del granado,
del durazno y de las moras,
pero he olvidado muchas cosas:
(yo siempre olvido todo,
mi casa vieja permanecía hasta
ahora en el olvido,
mi infancia transcurrida hasta
pie del árbol se hundía
cada noche en el océano
y desembocaba a la orilla
de los prados adonde mis
pies enormes no llegaban).
Contaré primero lo de la
madreselva.
Era alta y hermosa,
pegada sobre una de las
rejas,
tapaba la ventana de los días
y mis ojos no llegaban a la
calle,
quedándose en los troncos de
la madreselva.
(¡Ah, la madreselva de mis
padres,
si pudiera
si pudiera decirles lo
hermosa que era).
El tronco original que
daba vida entera,
se dividía en muchos
caminos vivideros,
y convertido en todo
un mundo sucio y negro,
daba sombra a todos los
insectos del jardín.
Yo temía al tronco y sus
orígenes.
Me decían que allí nacía
el río,
y es verdad que el pasto
no lo alcanzaba y que
los geranios se abrían
dulcemente.
Lo recuerdo ahora claramente:
muchas personas tocaban la
puerta y pedían una flor de
madreselva.
(En esa época los floreros
agonizaban sin agua y sin
aliento, sin flores).
¡Tomen las madreselvas,
llévenselas, llévenselas todas,
que son de la calle y de los
gritos, de la calle y de
los caminantes!
¡Ah, la enredadera!
Su silencio fue corto
y nunca habló.
Estaba pegada siempre
a un parante de la
pérgola,
pero yo al entrar sólo
miraba el tronco diminuto
que subía perennemente
hasta el techo y regaba
de flores en otoño las
escaleras de mi casa.
La enredadera era un caballo.
Un alegre caballo mañanero.
(Mi hermano joven no lo
montará nunca,
pues murió la enredadera
con mis pasos).
Nos sentábamos en él
(en el caballo),
y .recorríamos los
mundos con el trote
leve y frágil,
meciéndonos con la
música de los ríos
y los pájaros.
Junto al caño con
que regábamos el
pequeño jardín,
crecían unas plantas
delgadas con puntas
como lanzas.
Decían que eran papiros,
(no lo se),
pero cortábamos las
hojas y quedaban unos
juncos menudos que
servían para -
guerrear inútilmente.
(Nunca perdonaré
suficientemente
a mis tristes batallas
infantiles).
Los geranios
eran rojos y
rosados,
blancos y verdes,
los geranios en fin,
eran geranios,
y sobre ellos se debe
decir poco.
(No quisiera haber quedado mal con
mis amigos de los tiempos, cuando
olvide: a la madreselva y a las
flores, a la enredadera y a sus
frutos, cuando olvide a unía parte
del jardín de mi vieja casa, de
mi casa muerta).

António Lobo de Carvalho | Guimarães 1730 – Lisboa 1787

António Lobo de Carvalho, segundo o ilustrador da obra de Alberto Pimentel: O lobo da Madragôa (1904)

António Lobo de Carvalho, também conhecido como Lobo de Madragoa (alcunha que recebe da rua onde viveu e morreu), possui uma produção poética que apresenta configurações linguísticas que deslizam-se no obsceno mais concretizante, com uma linguagem fluida e por vezes coloquial, mas de grande impacto artístico.

O poema satírico implicou na sociedades portuguesa do século XVIII a desmitificação da poesia amorosa: o corpo sexual e o riso não apareciam menos próprios do ser humano. Da mesma maneira que o poeta Manuel Maria Barbosa du Bocage, Carvalho quer apresentar uma poesia sem interditos, livre da repressão inquisitorial e social que prevalecia na sociedade desse século. Cada soneto que o poeta cultiva representa um mundo de marginalidade e excessos que mantêm un equilíbrio perfeito entre criatividade e destreza nos ritmos e sons.


Os sonetos expostos aqui vêm do volume pőstumo das poesias de António Lobo de Carvalho, Poesias joviais e satyricas, com falso lugar de publicação ( Cadix ). Com toda probabilidade o livro foi publicado em Lisboa em 1852.

Há também poemas em Lobo de Carvalho que conferem legitimidade à finalidade moralizadora, a correcção de vícios e defeitos que a sátira tinha que realizar de acordo com os cânones do neoclassicismo.

Nomeadamente a sátira representa para Lobo de Carvalho a desfiguração grotesca do destinatário. Através dela o autor revela a vivência e a propagação do mal no mundo da libertinagem. O sexo é uma aberração de que ele próprio é testemunha e, às vezes, participante.

Poesia africana de expressão portuguesa. Os anos da revolta.

Créditos: https://www.dn.pt/cultura

Um quadro sombrio, mas bem conhecido, vivido por Angola, Moçambique, Guiné e as ilhas de Cabo Verde e São Tomé nos anos ’60 do século passado, semelhante ao que ainda se vê em algumas áreas geográficas do mundo, que foram ou se tornaram novamente colónias do capital predador. Condição inevitável do sistema capitalista, diferentemente centralizado, mas dramaticamente idêntico, foi e é repetida todas as vezes, mesmo dentro do mesmo país e, às vezes, cooptando países adjacentes. Uma área economicamente mais desenvolvida conquista, seja territorial ou apenas financeiramente, uma região economicamente menos desenvolvida.

Se analisarmos a realidade de hoje, observamos que a verdadeira virada dos colonialismos actuais é representada pela queda do Muro de Berlim, que criou as condições para o relançamento dos projetos coloniais e imperiais. Não se trata apenas de intervir em países considerados incapazes de se governarem sozinhos, mas também naqueles que, ao governarem-se, revelam uma tendência extremista.

No panorama da poesia portuguesa no estrangeiro a politica colonial de Portugal não podia deixar de ter repercussões também no campo da cultura das periferias. Os intelectuais da África portuguesa tiveram que lidar com os problemas colocados pelo processo de aculturação e, portanto, foram empurrados a refletir sobre a realidade global gerada pela colonização. Desta forma, lançaram as bases para uma identificação completa com o seu povo, o que levou a uma consciência das realidades sociais de cada país e do papel que deveriam ter desempenhado neste contexto, reflectindo assim a diversidade das respectivas situações nacionais.


QUITANDEIRA


A quitandeira
            Muito sol
e a quitandeira à sombra
da mulemba.

- Laranja, minha senhora,
laranjinha boa!

     A luz brinca na cidade
o seu quente jogo
de claros escuros
e a vida brinca
em corações aflitos
o jogo da cabra-cega.

     A quitandeira
que vende fruta
vende-se.

- Minha senhora
laranja, laranjinha boa!

Compra laranjas doces
compra-me também o amargo
desta tortura
da vida sem vida.

Compra-me a infância do espírito
este botão de rosa
que não abriu
princípio impelido ainda para um início.

Laranja, minha senhora!

Esgotaram-se os sorrisos
com que chorava
eu já não choro.

E aí vã0 as minhas esperanças
como foi o sangue dos meus filhos
amassado no pó das estradas
enterrado nas roças
e o meu suor
embebido nos fios de algodão
que me cobrem

     como o esforço foi oferecido
à segurança das máquinas
á beleza das ruas asfaltadas
de prédios de vários andares
à comodidade de senhores ricos
à alegria dispersa por cidades
e eu
me fui confundindo
com os próprios
problemas da existência.

Aí vão as laranjas 
como eu me ofereci ao álcool
para me anestesiar
e me entreguei às religiões
para me insensibilizar
e me atordoei para viver.

Tudo tenho dado.

Até mesmo a minha dor
e a poesia dos meus seios nus
entreguei-as aos poetas.

Agora vendo-me eu própria.
- Compra laranjas
minha senhora!
Leva-me para as quitandas da Vida.
O meu preço é único:
- Sangue.

Talvez vendendo-me
eu me possua.

- Compra laranjas.


Agostinho Neto

POEMA

para quê chorar
se as suas mãos são limpas
a sua culpa inocente?
e a mudez das suas vozes
bandeiras desfraldadas?

Chorar só porque levam
a esperança amachucada
na sua mala de contratados;
chorar só porque sangram os seus pés
na lonjura dos caminhos;
chorar só porque eles choram
como choram os meninos sem pão
- Não, não vale a pena chorar!

Para quê chorar
se na sua mala de contratados
levam também os farrapos das suas afrontas?


Onésimo Silveira




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AUSÊNCIA


Só o vento assobia nos fios de arame
a última canção dos contratados:

a sua canção de rumores
de palavras manietadas
e corações despedaçados
em apertos de mãos…

As lâmpadas espreitam no deserto da noite
as vidas que pulsam nos homens bipartidos:

as vidas de suspitos em firmamentos sem estrelas
e de borrascas loucas
em horas de alucinação...


Onésimo Silveira

Créditos: Ovídio Martins (voz de Onésimo Silveira)

NÓS SOMOS OA FLAGELADOS DO VENTO-LESTE!


A nosso favor
não houve campanhas de solidariedade
não se abriram os lares para nos abrigar
e não houve braços estendidos fraternamente para nós

Somos os flagelados do Vento-Leste!

O mar transmitiu-nos a sua perseverança
Aprendemos com o vento o bailar na desgraça
As cabras ensinaram-nos a comer pedras para não perecermos

Somos os flagelados do Vento-Leste!

Morremos e ressuscitamos todos os anos
para desespero dos que nos impedem a caminhada
Teimosamente continuamos de pé
num desafio aos deuses e aos homens

E as estiagens já não nos metem medo
porque descobrimos a origem das coisas
(quando pudermos!...)

Somos os flagelados do Vento-Leste!

Os homens esqueceram-se de nos chamar irmãos
E as vozes solidárias que temos sempre escutado
São apenas
as vozes do mar
que nos salgou o sangue
as vozes do vento
que nos entranhou o ritmo do equilíbrio
e as vozes das nossas montanhas
estranha e silenciosamente musicais

Nós somos os flagelados do Vento-Leste!


Ovídio Martins

CANTO DE ACUSAçÃO
                                  POEMA QUARTO




Há sobre a terra 50 000 mortos que ninguém chorou

      sobre a terra
                  insepultos
                           50 000 mortos

que ninguém chorou

Mil guernicas e a palavra dos pincéis de Orozco
                                                     [e de Siqueiros
do tamanho do mar este silêncio
espalhado sobre a terra

Como se as chuvas chovessem sangue
como se os cabelos rudes fossem capim
                                   [de muitos metros
como se as bocas condenassem
no preciso instante das suas 50 000 mortes
todos os vivos da terra

Há sobre a terra 50 000 mortos
que ninguém chorou

ninguéem…

As Mães de Angola
               caíram com seus filhos


Costa Andrade

É PRECISO PLANTAR


É preciso plantar
mama
é preciso plantar

é preciso plantar
nas estrelas
e sobre o mar

nos teus pés nus
e pelos caminhos

é preciso plantar

nas esperanças proibidas
e sobre as nossas mãos abertas

na noite presente
e no futuro a criar

por toda a parte
mama
é preciso plantar

a razão
dos corpos destruídos
e da terra ensanguentada
da voz que agoniza
e do coro dos braços que se erguem

por toda a parte
por toda a parte
por toda a parte mama

por toda a parte
é preciso plantar
a certeza
do amanhã feliz
nas carícias do teu coração
onde os olhos de cada menino
renovam a esperança

sim mama
é preciso
é preciso plantar

pelos caminhos da liberdade

a nova árvore
da Independência Nacional


Kalungano (Marcelino dos Santos)

POEMA

Vem contar-me o teu destino, irmão.
Vem apontar-me no teu corpo
as revoltas
               que o inimigo plantou.
Vem dizer-me: «aqui
as minhas mãos foram esmagadas
porque defenderam a terra
que lhes pertencia».

«Aqui a minha boca foi ferida
porque ousou cantar
a liberdade do meu povo».

Vem contar-me o teu destino, irmão.

Vem dizer-me os sonhos de revolta
que tu e teu país e teus avós
inventaram
em silêncio
em noites sem sombras
                            próprias para amar.

Vem dizer-me esses sonhos feitos
guerra,
os heróis que já nasceram,
a terra reconquistada,
as mães que enviaram
             sem temer
os seus filhos para a luta.

Vem contar-me tudo isto irmão.

Eu depois vou construir palavras simples
que mesmo as crianças compreendam,
que entrem em todas as casas como o vento,
na alma do nosso povo.

Na nossa terra,
as balas começam a florir.


Jorge Rebelo