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Una voz, un flujo de pensamiento indulgente, alto y desenfrenado, precipitado o, a veces, tomado de la publicidad, cohabitan en la mente de Rafael Soler y en los versos difíciles, confusos, desconcertantes, que nos impone. El poeta acoge estos elementos para componer su apasionado «No eres nadie hasta que te disparan». En este volumen se puede percibir una suerte de exigencia, más allá de las máscaras de la vida social y de las narraciones privadas de uso consolador, a las que estamos llamados a vivir con nosotros mismos y con nuestra íntima verdad, en su humildad, prosaísmo y contradicción, hasta el punto de recuperar nuestra propia participación al flujo colectivo y universal. Las líricas de este libro se articulan, en apariencia, según una forma discursiva, en la que Soler demuestra ser maestro. Sin embargo, cuanto más la evolución de los hechos se muestra agitada y centrifuga, más esta conduce al lector en la selva oscura del sentido profundo de la vida. Y detrás del tono de una conversación aparente, toma cuerpo algo muy similar a un fracaso que narra el final irreversible de un hombre ya acabado para siempre. De modo que la infidelidad o las desventuras de la vida se castigan con la muerte. En realidad, esta última la encontramos materializada en la figura del alter ego del poeta a lo largo del libro; una muerte que revolotea todo el tiempo en su mente, tal vez en la espera de la incierta ilusión de un posible, nuevo comienzo.
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LA FALSA PULCRITUD DE LOS ESCOMBROS
De espalda a la pared
los locos crónicos son de natural pacíficoy muy conservadores
cargan con difusa dignidad a su difunto
que conocen bien
supervivientes póstumos del otro que fueron una vez
ilustres académicos de número
bailarinas eméritas
altos magistrados padres de la patria
un loco crónico
alza sus brazos para llamr al sol
y aunque viva perseguido de invisibles amenazas
enquistado tenaz en su rutina
puede sorprenderte con un don inesperado
multiplicar digamos mil quinientos doce
por tu matrícula de coche
y salir indemne del empeño
aunque lleve en el bolsillo una pinza de colgar
hay más categorías
tristes paranoicos
esquizofrénicos agudos
que cierran los ojos para que no les vean
histéricas con un destornillador entre los dientes
y luego estoy yo
tu bailarina emérita
de mantis religiosa en el altar vestida
y luego estás tú
a la pared pegado
mientras llega el enlace nupcial de la saliva.
Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.
QUE DESCANSES, AMOR MĺO
Eran batallas cortas
de las que duran una vida
y dejan sin resuello al vencedor
trifulcas inguinales
que al empezar terminan
de vuelta cada uno a su pijama
sellábamos la paz
y tus pulgares despacio recorrían
el silencio consentido de los míos
un hábito estable
que pertenece al secreto del sumario
esa alacena vulgar contemplativa
que guarda el copyright de otra derrota
algo de luz para mañana
y cuanto fuimos.
Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.
MUDAR LA PIEL PARACAMBIAR DE CASA
En aquella época de manos costureras
contando semillas de cilantro
pasábamos la tarde
y no había barrote en la ventana
ni vigilante sin ronda
ni pedigrí con perro
en legítima defensa
después nos hicimos cautelosos
aparecieron los códigos secretos
y ese hábito triste de recorrer la casa
en busca de un intruso y de nosotros
por no hablar del sótano blindado
donte te encerraste un jueves
para encontrarme deentro
cada uno en su rincón con cantimplora
y un altillo donde poner el camisón
y las linternas
ahora nos queda el botón del pánico
que solo pulsas tú cuando lo pulso yo
por salir al portal sin saludarnos.
Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.
UNO SABE CUANDO LLEGA SU MOMENTO
Hay autopsias que empiezan bien muy bien
o regular
pero todas terminan con hilos de sutura
y lo mejor del candidato
flotando en un frasco de formol
por acortar la mía
de un tajo rebañaron esa víscera incompleta
que va del corazón a la corbata
antes del postre
no grité cuando el chirriante prosector
continuó su tarea cavernaria
y así las cosas me dejé llevar
bastante tienen ellos
trabajando a la hora del partido
bastante tú
novia de un día
volver a casa dormir vestida
y con gesto profiláctico
besar de nuestro amor la calavera.
Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.
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PROINDIVISO EL SALUDO LA HIEL Y LOS ABRAZOS Para hacerse cargo y no del Universo tuvo usted una madre lejana sustantiva un cordel de sangre un coito frugal una colmena soñaba usted con morir en lo sagrado ser parte de la Historia nación en armas y por subir entero en su estatura ofreció a Manuela el disturbio de sus pecas al coito frugal un ensayo vespertino a madre sustantiva su sustancia al cordel un balneario a la colmena el alma olvídate tensó padre su arcabuz olvídame gruñó Manuela olvídala pidió la peca. Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.
ABIERTO DOMINGOS Y FESTIVOS Todo Caín tiene su Abel todo encargo su anticipo toda víctima un decálogo incompleto toda bala un mea culpa y toda viuda potencial potestativa una sonrisa un guion un cenicero breve el guion de paso la sonrisa colmado el cenicero. Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.
LAS FLORES DENTRO POR EL CALOR En el metal con ruedas de su mesa entero en lo posible en todo caso ausente párpados adentro el amante de las curvas que nació para triunfar es ahora el hule a otros parecido que en su interior cobija la noble cabeza del que fuera un día catador de pacharán hay autopsias que empiezan bien muy bien o regular como hay viajes que acaban con un árbol y teléfonos que suenan a destiempo para órdenes chanel número cinco y empleados indolentes que asean el cadáver con el mimo de una abuela huérfana de nietos y hay vecinos que llegan a esta sala siempre pronto cada uno con su historia interrumpida cada quien preguntando qué pasó cada cual numerado y en su sitio el prócer caído de una estatua la cajera que estrenaba una ortodoncia el cantante en edad de merecer el barbián al que dio su merecido un verdugo una viuda y una bala aquí todos en silente compañía Rafael Soler, No eres nadie hasta que te disparan. La edición utilizada en este espacio es la publicada en su traducción al italiano, bajo el cuidado de Emilio Coco, Raffaelli Editore, Rimini, 2018.